Pues si, el ritmo de la vida desde que llegaron nuestros peques va cambiando continuamente, que si a ritmo de mambo, que si a ritmo de salsa, que si a ritmo de samba.... y podría seguir hasta agotar todo tipo de ritmo porque con cada epoca del año vamos bailando una especie de danza que nunca para y cuando frenamos un poco lo disfrutamos muchísimo, porque a mis hijos les encanta las tardes de sofá y pelis con las mantitas envolviendonos a los cuatro, y si están los gatos mejor.
Esta tarde de fiesta se han cargado tres pelis una tras otra, las dos primeras conmigo y luego llegó papi del trabajo y me relevó mientras que hacía la comida para mañana y preparaba la cena.... tenía el culo cuadrado, porque no estoy acostumbrada a estar tanto tiempo sentada. Aquí no hay terminos medios, jajajajaja.
El caso es que ya vamos para los tres años juntos, y cuando pienso que solo han pasado tres años me parece increible, pues la sensacion que tenemos, es que llevamos toda la vida juntos. Son parte de mi y de L., y es impresionante como han adquirido nuestros gestos, nuestras expresiones (con las que me parto al escucharlas salir de sus boquitas), nuestras maneras..... son increibles y no concebimos la vida sin ellos, porque ocupan todo nuestro ser.
Quién se puede imaginar que exista tanto amor. Y precisamente por todo ese amor y ternura se aguanta los cambios de ritmo, y se baila al son de la música que toque, pues no es facil y en muchos momentos nada facil, hay preocupaciones, situaciones complicadas, y situaciones delicada, pero al final del día por más complicado que haya sido, se disipa todo cuando los abrazamos para dar las buenas noches, y nos dicen "Mami te quiero mucho", o cuando ya estamos acostados y desde su habitacion, todos los días como si fuera un ritual, nos dice J. "Os quierooooo", a lo que le respondemos "Y yo a ti, cariño, pero duermete ya".
Es fantástica la aventura de ser mama, lo disfruto muchísimo y mientras que el cuerpo aguante seguiré bailando al son de la música con mis hijos de la mano.