Mil historias y una más

Pues si podría contar mil historias y seguir, en solo tres tardes que lleva el peque con nosotros.
Me paso las tardes riendo, porque se le ocurre muchas cosas que me sorprenden, porque a pesar de tener seis años, es decir que es mayorcito, creo que hace y dice cosas de más mayor, razona muchas cosas, a su manera, pero las razona y las explica.

Ayer por la tarde teníamos que salir, así que le estaba diciendo que se pusiera los zapatos que nos íbamos. Como no quiere salir de casa, se hace el remolón, así que tengo que insistir para que se prepare para salir. Cuando ya veo que tarda más de la cuenta, le digo "Bueno, pues yo me voy", entonces si que empieza a darse prisa (no le gusta que me vaya sin él), y me dice "Mami, espera". Yo, haciendo un poco de oidos sordos, porque si le espero no se da prisa, comienzo a bajar los escalones, y cuando me ve me dice "Pero mami, no leiste en la carta que a mi me gustan que me esperes" ;-)  Paro de bajar y le digo "En la carta no ponía eso, que yo me la sé" y ya bajando me sonrie y me da la mano.

No puedo dejar de reir, porque segun le interesa, se va inventando las normas y la manera de que estemos contento pero haciendo lo que él quiere, cosa que de momento tendrá porque tenemos que volcarnos en él y darle seguridad, recalcar que estamos ahí con él para ir creando nuestro vínculo.

Tambien ayer por la tarde, conoció a su primito, que tenía muchas ganas de verlo y pasaron casi una hora jugando y conociéndose. Es poco tiempo, pero la psicóloga nos aconseja que estén poco, para que no le quite tiempo de estar con nosotros, sobretodo ahora que es pronto aún. Pero fue todo muy bien.
Le enseñó su habitación, y le dió un par de regalitos que teníamos para mi sobrino con idea de que se lo diera el peque, y la verdad es que es muy generoso, no le importa regalar cosas.
Mi sobrino le trajo chuches y pegatinas y ahí se quedaron jugando un rato.
Evidentemente les pareció muy poco tiempo, porque cuando les dije que nos teníamos que ir, ninguno de los dos querían y esto es muy buena señal.

Una vez nos preparamos para regresar a casa del acogedor y ya en el coche, me dice "mami te vas a quedar un ratito conmigo" y le dije que se lo teníamos que preguntar al acogedor, pero la verdad es que no hizo falta, ya contaba con ello y nos tenía preparada una buena cena. Así que llamé a L. para que se viniera cuando saliera del trabajo y al igual que el miércoles, nos quedamos jugando diez minutitos, luego lo duchamos, cenamos juntos los cuatro, lo llevamos a la camita y le contamos un cuento, que por cierto le encanta.
Todo está siendo maravilloso, por supuesto contando con la ayuda de su acogedor, que nos está facilitando muchíiiiisimo las cosas. Es fantástico que haya tanto cariño y que lo primero que prevalece en toda esta historia, es el bienestar de mi niño.