Se me ha olvidado.

Hoy contestando al blog de Ester, una compi de fatigas, me he dado cuenta que con todo lo que llevamos pasado con la búsqueda de nuestros peques etiopes, no le he prestado mucha atención al proceso de nacional que comenzamos a finales de 2009 y cuyo expediente tiene fecha 14 de enero de 2010.

Si, si, aunque creo que no lo he dicho nunca y la verdad es que me parece injusto, comenzamos la adopción nacional, en la que llevamos sin darnos cuenta casi dos años.
Un proceso que se me antoja secundario, al que no le estamos echando cuentas y que, para ser realistas comenzamos sin muchas ganas ni ilusion, pues nos inquieta mucho cómo son las adopciones nacionales, ya que hasta que sean plenas pueden pasar años con tu hij@, sin ser hij@, en casa, expuestos a que se fastidie el tema en cualquier momento y se lo lleven. Sé que estas cosas son casi inexistentes actualmente, pero nosotros somos de ir a lo seguro, porque nuestras experiencias nos demuestra que si en un saco de nueces hay una mala, la pillamos nosotros, pero a estas alturas me rio yo de lo seguro. Además los plazos para nacional nos decían que eran muy altos, y ahora me rio yo de los plazos de menos de año que me decía la ecai para Etiopía.
Así que entre reirme de una cosa y de otra, estabamos viendo cómo se va torciendo nuestro proyecto de ser papás por la vía internacional, nos saltamos todos nuestros perjuicios con la adopcion nacional y nos lanzamos, porque sobre todas las cosas y perjuicios y problemas, queremos ser papás, tener una familia con niñ@s.
Por esto me siento mal por no echarle cuenta a nuestra adopcion nacional, y por preferir que nos llamen de la internacional, y es por eso por lo que dedico esta entrada a comentarlo y que lo sepais, necesito equiparar un poco las cosas entre los dos procesos porque siempre queda la esperanza de que ocurra un milagro y nos llamen de nacional, por las características de nuestro expediente, antes que de Etiopía, y entonces si que me sentiré culpable de ni siquiera haber dedicado una entrada a este proceso.

Nos da igual de donde vengan nuestros pequeños siempre que vengan, sean de donde sean, pero que sea ya, por Dios, que ya no es impaciencia, ni desesperación, ni exigencia, es que ya nos toca.

Además visto lo visto, cada vez tengo más esperanzas en la nacional y cada vez siento un poco más de ilusión, aunque seguimos muy reticente porque para nacional aún quedan tres o cuatro años para que nos valoren y no sé si aún seguiremos con esto.

Supongo que en algún momento tendremos que parar, y aunque ya hemos estado a punto el año pasado, supongo que la siguiente será la definitiva, pues seguimos pensando que se nos hace tarde para tener hijos, ni las ganas, ni las fuerzas, ni las esperanzas son las mismas.

Nos quedaremos con que lo hemos intentado por las dos vías, internacional y nacional, y no nos hemos dado por vencido a la primera de cambios, son ya casi cinco años desde que empezamos a mover papeles, ya me preguntan si vendrán algun día, y mi suegro nos dice que lo dejemos ya, que ya está bien, creo que porque nos ve mayores para seguir.

Como ya he dicho otras veces, yo que creo en el destino y cada vez tengo más claro que quizás estemos destinados a vivir sin hijos, solo el uno con el otro, pero al menos puedo decir a día de hoy que tengo al gran amor de mi vida, a mi otro yo, que sé que es algo que no está en el destino de muchas personas que se sienten sola y que buscan sin cesar a su otro yo, el amor verdadero, el amor sin condiciones, ese amor que es difícil de encontrar para quien lo busca y que para quien lo tiene le llega como sin dar cuenta de ello.

Supongo que con los hijos ocurre lo mismo, hay a quien les viene sin quererlos, otros no más buscarlos, otros les cuesta un poco más, otros que les cuesta muchísimo, y otros que no lo consiguen...... Así es la vida.
Lo importante es saber valorar lo que se tiene, ser agradecidos con todo, y disfrutar día a día de todo lo que nos rodea, aunque nos falte aquello por lo que un día luchamos....