Cada historia es distinta

Hoy L. tiene la cena de navidad y estoy aquí solita dándole vueltas a la cabeza, pensando en lo rápido que pasa el tiempo para algunas cosas, pues cuando pienso que ya estamos en diciembre no me lo creo, y mucho menos que las empresas ya estén de cena de fiesta, y la lentitud con la que pasa para otras.
Pienso que ya deberían estar aquí nuestros peques, que este año deberíamos de tener unas navidades distintas... y no será así. Y me ha dado por pensar que quizás ahora estén mis peques allí, esperándonos, en un lugar lejano, con una historia ya vivida, por un lado cruel y por otro conmovedora, pues si están en el orfanato es porque les han tenido que dejar allí por circunstancias que algún día conoceremos y les contaremos. Pero también, significa que a alguien  les han importado tanto, como para dejarlos en un lugar seguro, donde los van a cuidar y donde van a buscarles unos papas que los quiera con toda su alma y su corazón, unos papas que llevan esperándolos mucho tiempo, y que les añora en muchos momentos de sus vidas, sobretodo en estas fechas.
Visto desde esa perspectiva, este es un proceso largo y pesado para el que espera, lleno de amor, añoranza y ternura, y un proceso duro y doloroso, lleno de amor y esperanza para la otra parte. Y espero hacer honor a toda la historia que traigan mis niños, respetándola y contándoles todo lo que conozcamos, y si algún día tenemos que volver con ellos, volveremos.
Así es la vida, a veces cruel y dolorosa, pues un abandono, sea por las causas que sean siempre es doloroso, y a veces preciosa y llena de alegría, pues aun dándose esta circunstancia, no deja de ser bonito cuando llega el momento en el que entran a formar parte de una familia, niños que después de lo vivido son los más deseados del mundo, los más queridos, los más esperados y a los que la vida les sonríe, y les da una oportunidad para crecer en un entorno de amor y cariño, educación y estabilidad. Y por supuesto, a los padres que nos da la oportunidad de ver crecer, educar, amar y entregar todo nuestro ser a esos pequeños que desde antes de conocerlos ya nos han robado el corazón.
A mis pequeños quiero transmitirles que pronto estaremos juntos, que ya nos queda poco, estoy segura.