¿Propósitos o imposiciones para 2011?

Bueno, pues como casi todo el mundo en esta época del año, también hice balance del año que ha pasado y sinceramente casi nunca pienso en esos propósitos que todos hacen para el nuevo. Pero este año me he propuesto llegar a mis peques, je, je (ni que estuviera en mis manos, pero no importa yo me lo he propuesto), y del 2010 he de decir que ha sido uno de los pocos años que he tenido ganas de perder de vista, si, si, no recuerdo terminar ningún año diciendo “anda y que se vaya a hacer puñetas este año”. Todos los años acabo diciendo “que me quede como estoy” pues, independientemente del estado de ánimos en el que estemos, que como es lógico no siempre es de alegría, echo la mirada atrás y no suelo ver muchas cosas negativas. Si mi familia está bien de salud, si hemos capeado los temporales juntos, si más o menos tenemos trabajo  y si estamos contentos, no veo porque quejarme. Pero este año ni hablar, este fin de año me he revelado y he deseado que se vaya con todos sus problemas y que el 2011 entre con ganas y alegría, y he decidido que en este año mis peques estarán con nosotros, mi hermana M. aprobará de una puñetera vez las oposiciones, mi hermana S. traerá a nuestro segundo sobrinit@ a la familia, mi hermana J. aprobará el carnet de conducir y encontrará su primer trabajo, mi sobrino será buen futbolista (je, je, es que es lo mas importante ahora mismo, a sus casi siete añitos), y mi hermana I….. (uf, lo de esta hermana mía es complicado, pero bueno, también conseguirá lo que su corazón anhela).

Ya, ya, es que somos unas pocas, pedir para todas y además que se cumpla es un poco complicado, pero como siempre deseo para ellos lo mejor, este año tiene preferencia mis niños.

Pero sobretodo, le pido a la vida que nos conserve unidos y bien de salud a todos para que cuando vengan los peques, disfrute de una familia tan maravillosa como la que les esperan, y eso que falta uno de los pilares más importantes para mi madre, que a pesar de que se fue hace ya muchos años, no pasa unas fiestas sin que la recordemos, y sin que le enciendan una velita: ABUELA MARIA (hasta a ella le pido, que desde allí arriba ayude a mis niñ@s a no sufrir mucho, que esté con ellos cuando lo necesiten, porque es nuestro ángel de la guarda).

Ya iré contando si con esta fuerza que me caracteriza he conseguido que 2011 me haga caso.